dilluns, 10 de setembre del 2007

A solas con Catherine Deneuve

Hacía mucho tiempo que no iba al cine sola. En realidad, y siendo estrictos, debo confesar que probablemente nunca había ido sola por propia voluntad. Quiero decir, las otras veces se lo había propuesto a una o más personas y, al no conseguir quedar con nadie, decidí ir de todas formas. Y aunque fue así como descubrí que hay ciertas cosas que me encanta hacer sola, en esos momentos conllevó una estúpida sensación de fracaso social. Esta vez no fue así. Me apetecía enormemente ir sola, así que ni siquera le dije a nadie que quería ir al cine. Quería elegir sola la sala, la peli, la hora a la que llegar, qué hacer mientras esperaba, si comer palomitas o no, en qué punto de los títulos de crédito levantarme, qué pensar de lo que había visto.

Así que elegí ir al Renoir Les Corts a ver una película francesa con el título en español "Secretos contados" (no del todo inadecuado, pero "Le héros de la famille" dice muchísimo más de la película, no puedo entender esa manía con las traducciones libres de los títulos). Tengo que confesar que aunque en un primer momento la sinopsis no me pareció terriblemente atractiva (suelo huir de todo aquello con referencias, aunque remotas, al cabaret), me decidí al encontrar entre los protagonistas a Catherine Deneuve - tengo cierta debilidad por las actrices de edad avanzada, especialmente francesas. Y no me equivoqué con la elección; me encontré con un drama cómico de guión pulido, con múltiples personajes redondos, sin malos ni buenos ni todo lo contrario, una historia (o varias) original y entretenida y con varios giros ciertamente sorprendentes, y un final que, aunque en cierta manera previsible (o quizás esperado), es de esos que te reconcilian con el género humano. Y por si fuera poco la Deneuve cada día más estupenda. Exactamente lo que esperaba y necesitaba ver.